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Sacerdocio como Don de Sí. CVS de 1 a 10 años de Ministerio Sacerdotal (Junio 2015).

Monseñor Luis Manuel Ali Herrera, Obispo Auxiliar.

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Calidad de Vida y prevención del Burn Out Por Monseñor Luis Manuel Ali Herrera, Obispo Auxiliar.

Calidad de Vida y prevención del Burn Out
Por Monseñor Luis Manuel Ali Herrera, Obispo Auxiliar.

Sacerdocio como Don de Sí
Calidad de Vida y prevención del Burn Out
(Monseñor Luis Manuel Ali Herrera, Obispo Auxiliar)

Reunión CVS de 1 a 10 años de Ministerio Sacerdotal (Junio 2015).

Ministerio Sacerdotal como Don de Sí

1. Debo confesar que la figura del Cura de Ars no me era tan simpática. En el año sacerdotal nos visitó al Seminario Conciliar la reliquia de San Juan María Vianney y por disciplina personal, más que por convicción comencé a leer el ladrilludo libro de Francis Trochu, El cura de Ars. Más que los primeros capítulos donde relata con detalle su vocación tardía, sus batallas con el latín y sus primicias ministeriales como Vicario de Ecully, o los últimos capítulos, cuando ya era un famoso confesor, me impactaron todos los capítulos de la segunda parte. Este curita demoró 9 años orando por la conversión de Ars: visitaba a su gente, dormía en el piso, tenía disciplinas de sangre, hacía vigilias toda la noche, comía tan sólo un puchero de patatas que cocinaba los lunes, catequizaba, preparaba las homilías por horas -el cura tenía en su biblioteca personal más de 100 libros: una proeza en su época- y la escribía y la volvía a escribir y se la aprendía de memoria y la volvía a repasar: en ese primer decenio le dedicaba más de 16 horas semanales a la homilía dominical, todo por la conversión de su parroquia. Y la gente no le respondió durante 9 años, seguían indiferentes, viéndolo como un personaje extraño, excéntrico. El profundo amor pastoral a sus fieles lo llevaba a esos excesos. Lo que luego PDV lo llamará la caridad pastoral y la Veritatis Splendor lo extiende a todo cristiano: Hacer de nuestra vida un don de Sí. Un cura que sinceramente se da a la gente -sin guardaos, sin ganancias secundarias, sin remilgos, sin compensaciones ocultas, es un cura que ha alcanzado su integración psico-afectiva.

2. Pero existen rasgos patológicos de esta Caridad Pastoral:

1) Mesianismo “Pobrecitos, si yo no los salvo se irán a la ruina”.

2) Activismo: “Debo hacerlo, nadie lo puede hacer como yo”.

3) Gurú: La tentación de querer hacer discípulos o la tentación de ser el “Fundador”.

4) Victimización “Hago tanto pero nadie me valora”/ “Me tienen relegado”/ “No saben de lo que se están perdiendo en la diócesis”.

3. Todo esto puede llegar a generar el Burn Out: “Síndrome del desgaste”: Esto se manifiesta en  cansancio recurrente, falta de control emocional, adicciones, falsas compensaciones afectivas, desanimo agudo o el llamado “me importa un carajismo”. Las relaciones interpersonales y las responsabilidades laborales se caracterizarán por: 1) El Cinismo 2) La Resignación y 3) La Disipación.

La señora Helena López de Mezerville -esposa de Gastón de Mezerville- ha estudiado ampliamente el tema. Hizo una encuesta con un universo de 900 sacerdotes, la cifra es impresionante: 2 de 5 padece de síntomas preocupantes de Burn Out, pero lo más impresionante del estudio es el altísimo porcentaje de sacerdotes jóvenes -10 años de ordenado- que lo padecen.

El doctor William Castilho realiza un estudio 1 más a fondo del tema analizando las causas del Burn Out en el presbítero, inspirándose en los investigadores Herbert Freudenberger y Gail North. Los  autores anotan, además, seis etapas sintomáticas:  Desorientación, inestabilidad emocional, culpabilización, soledad y tristeza, solicitación de ayuda y restablecimeinto y equilibrio.

El tema es ya ampliamente tratado en todos los programas de salud ocupacional de prevención de agotamiento laboral. Ya es común ver -en no pocas empresas- proyectos para evitar “ambientes laborales tóxicos” y propiciar espacios confortables para evitar el burn out de sus trabajadores.

4. El antídoto del Burn Out en la vida presbiteral es una seria, insisto seria vida espiritual y una adecuada Calidad de vida.

De la seria vida espiritual no insistiré en este apartado no porque sea irrelevante, sino porque estamos realmente conscientes de la crisis espiritual del presbítero si llegara a descuidar su vida de oración y la dirección espiritual, aspectos capitales que ayudan a mantener la vitalidad ministerial.  Pero, además, se ha hablado de cánceres que nos están carcomiendo como el activismo, el clericalismo, el cinismo...todavía recuerdo ese famoso escrito de Segundo Galilea sobre los demonios de la pastoral donde denuncia tantos "ismos" que deben ser exorcizados en la pastoral. Pero, a mi parecer, hay un demonio peor que nos está carcomiendo a nosotros como presbíteros: "Una pésima calidad de vida": por mil razones -y no pocas enmascaradas en una supuesta radicalidad de vida- hemos descuidado nuestra mínima atención a las necesidades básicas: La casa, la alimentación, el vestido, el tiempo libre, el deporte...

El primer aspecto que nos ayudará para tener una calidad de vida es la regla benedictina de “santificar el tiempo”, es decir disciplinarlo, reservarlo, separarlo de modo inteligente por lo que es y por lo está llamado a ser. A veces el proyecto de vida se manifiesta poco robusto, no perseverante por la relación alienada con el tiempo. ¿Cómo es nuestra disciplina personal diaria?: La oración, la lectura, el descanso, el deporte, la equilibrada alimentación, las responsabilidades diarias. El tiempo necesita su Ascésis de modo que se pueda ordenar el ritmo cotidiano en lo importante, lo urgente y lo necesario.  A veces nos agotamos respondiendo a lo urgente y se nos olvida lo importante.

Con todo respeto y delicadeza me atrevo a planearles estas preguntas: ¿En qué colchón duermes? ¿Cuantos años tiene tu colchón? ¿se sienten los resortes? ¿Cómo te alimentas diariamente? ¿Cómo descansas? ¿Cuantos libros lees al mes? ¿Ejercicio físico? ¿Tiempo de estudio personal? ¿Actividades culturales? ¿Visita a los amigos? ¿Cómo te vistes? Al respecto de esta última pregunta, recordemos a Gerolamo quien sugería a los presbíteros "huir de la elegancia y la ostentación, pero también del mal gusto y la negligencia", invitaba, en síntesis, a una SOBRIA ELEGANCIA.

Al llegar a este punto quiero hacer una aclaración. Calidad de vida no es sinónimo de ostentación, ni mucho menos de una vida que propicie el aburguesamiento. Nuestra condición de presbíteros nos llama a vivir de manera austera y sobria, que no contradice el vivir dignamente. Es más, es posible que hermanos presbíteros se obsesionen por un estilo de vida aburguesado o por la adquisición obsesiva de un bien material excesivamente caro y lujoso que no necesariamente significa que tengan una buena calidad de vida. Existe una polilla que corroe nuestra calidad de vida en estos tiempos líquidos (Z. Bauman) que vivimos: “el consumismo y la conformidad”. El signo más evidente de una calidad de vida es cuando se puede disfrutar con poco y con las pequeñas cosas de la vida.

1

 

¿COMO SE PODRÍA VIVIR EL DÍA?

A.M

5:30-6:00: Levantada

(Nivel de testosterona es elevado: deseos y generación de fantasías sexuales alto. Se recomienda hacer deporte. A esta hora se tiene un alto nivel de concentración y sublimación; tiempo propicio para la oración)

7:00: Desayuno: muy rico en proteínas, carbohidratos: desayunar muy bien (Inicio de la Dieta del Triángulo Invertido)

8:30: Enviar emails pues es el momento donde las personas están más dispuestas a recibir las propuestas y responder a las peticiones.

9:30: Café, Chocolate: Para estimular los neurotransmisores de dopamina y serotonina

10:00-12:00: Las dos horas más productivas para el trabajo que implique un alto grado de concentración!!! (El máximo de concentración: 52 minutos, el ideal 45 minutos...15 minutos de descanso: llamadas, repasar mail, caminar)

P.M

12:00 - 12:30 Almuerzo

1:00 Power Nap (siesta): 20-30 minutos.

2:15 La última taza de café

2:45 Llamar a los padres, a los familiares o a alguna persona enferma.

3:00 La hora para las reuniones de grupo: (máximo 1:30 minutos)

4:00 Onces: cereales, yogurt, fruta.

4:30-6:00 Pensamiento creativo: trabajos y proyectos personales y empresariales. Buena hora para El Plan E!!!

6:00: Compartir con amigos y familiares. La hora propicia para la Celebración Eucarística.

7:00 Cena (mínimo 3 horas antes de ir a la cama)

8:00 Última hora para llamar por celulares, ver computador (2 horas antes es recomendable desconectar todo y dormir lejos de todo aparato electrónico)

9:00- 9:30 lecturas ligera de novela y revistas. Se recomienda también las lecturas espirituales

10:00-10:30: Ir a la cama

Es necesario 7:30 horas de sueño: 5 ciclos completos de sueño!!! (Ojo! porque el cerebro puede acostumbrarse a dormir menos, pero las consecuencias se ven después)